Efecto Liga Nacional: las formativas Celestes, colmadas de chicas y chicos

La inmejorable actualidad en la competencia repercute directamente y de manera positiva en las actividades y disciplinas cotidianas del club, como el básquet, donde más de 360 niños, niñas y jóvenes, juegan, se divierten, aprenden y, fundamentalmente, se forman.


El efecto que produce la presencia de Oberá Tenis Club (OTC) en la Liga Nacional de básquet se nota, se siente, y es evidente. Y no solamente con el entusiasmo que hay en la ciudad o en la respuesta de espectadores cada vez que el equipo juega como local, sino que ese efecto también se derrama hacia las categorías de iniciación y formativas del básquet del club, donde más de 360 chicos y chicas asisten diariamente.

Durante las tardes, para ser exactos a partir de la siesta, comienza el incesante movimiento de chicas y chicos, que llegan para asistir a las clases de mini-básquet o a los entrenamientos de las categorías formativas. Son, al mismo tiempo, más de 360 familias que encuentran en el club un lugar de contención, que lo eligen para la formación deportiva de los más pequeños.

¿Es una repercusión directa de lo que genera la Liga Nacional?. “Sí, totalmente, tiene mucho que ver el buen momento y el camino que viene haciendo el club en la Liga Nacional. De tener un equipo modelo, que llega tanto a la gente que genera un sentido de identificación con el equipo”, respondió el entrenador Gastón Juliani.

“Todo va de la mano, crecimiento en infraestructura, una mejora en todos los servicios del club, inclusión de más recursos humanos, profesionales y preparados para atender la demanda, y una apuesta de los padres a que sus hijos se desarrollen en el club, personal y deportivamente”, fundamentó el presidente Sergio Feversani.

Y agregó que “no pasa solo en el básquet, que ahí es donde más movimiento se ve por la importancia que tiene nuestra participación en la Liga Nacional y Liga de Desarrollo, también en las otras actividades y disciplinas hay muchos chicos, chicas y jóvenes que se han sumado”.


Luego del breve receso habitual, las actividades se retomaron en febrero con 280 integrantes en las listas completas de las categorías. Ese número subió a 361 en la actualidad, para alegría de todas las personas que forman parte de la familia “Celeste”.

El mini-básquet agrupa a niños y niñas en las categorías Escuela Motora, Mosquito, Pre-mini Blanco, Pre-mini Celeste, Mini Blanco y Mini Celeste. Este grupo, el más pequeño, además de las clases diarias, participa de los tradicionales Encuentros de Mini-básquet, que este año regresaron de la mano del Comité Misionero de Mini-Básquet.

Paralelamente, las categorías formativas incluyen U14 A, B y Femenino, U16 A, B y Femenino; y U18 A, B y Femenino. Primera división -masculina y femenina- también forman parte, al igual que Libre, masculina y femenina. Todas están activamente en competencia, en los respectivos torneos de la Liga Provincial que lleva adelante la Federación Misionera de Básquetbol (FMBB).


Todos, es decir, niños, niñas, jóvenes y mayores, entrenan diariamente entre las 14 y las 22.30. “La cancha principal no descansa nunca. Además, usamos la cancha auxiliar”, contó Juliani. Rápidamente, la comisión directiva tomó nota del tema. Entonces, para albergar y seguir dándole buenas condiciones de trabajo, planificó la construcción de un nuevo espacio. El proyecto incluye la transformación de la cancha de tenis nº 3, que está detrás del estadio, en una cancha multipropósito para que se pueda jugar tanto al tenis como al básquet, con un nuevo núcleo de vestuarios, en ese mismo sector.

Para contener día a día a ese numeroso grupo de asistentes, el club tiene un amplio staff conformado por entrenadores, entrenadoras, monitores y profes, abocados a los aspectos deportivos y físicos. Gastón Juliani, Daniel Tomasi, Melina Bordón, Sebastián De Olivera, Luciana Müller, Sebastián Fiedler, Milagros Fernández, Lía Amarilla y Oscar Aguayo, conforman el grupo de trabajo que se ramifica a todas las categorías.


Y, por supuesto, detrás de todo está la comisión directiva, que respalda y sostiene esa estructura con un modelo de gestión que se fundamenta en la responsabilidad y el compromiso, con organización y planificación.

“Es una hermosa realidad y un gran orgullo”
“Lo que pretendíamos cuando iniciamos este camino como comisión directiva era tener un club vivo, lleno de socios, chicos y chicas, disfrutando del club, así como era cuando nos criamos nosotros. Hoy eso esa una hermosa realidad que se ve en el movimiento y bullicio permanente que hay en el club, sobre todo durante la tarde. Por eso es una hermosa realidad y un gran orgullo. A eso apuntamos y a seguir creciendo”, completó el presidente.

“La comisión directiva le da al mini-básquet, a las formativas y a la Liga Nacional, la misma importancia en todos los aspectos. Estructura de trabajo, recursos humanos, espacios, entrenamientos, materiales, traslados de los equipos, indumentaria. Todo, siempre al 100, igual que la Liga Nacional. Nunca, porque sea las formativas, cambian las condiciones de trabajo. Esa es la línea de trabajo que seguimos”, explicó Juliani.

Un ejemplo de las iniciativas y valores que se promueven desde el club está en la Escuela Motora, donde la entrenadora Luciana Müller adaptó un plan de formación para fomentar el sentido de pertenencia. Durante un día, los niños y niñas comparten sus vivencias con un mini Celestino, una réplica de la mascota oficial, encargándose de cuidarlo y entretenerlo, para luego transmitir la experiencia junto al grupo en los entrenamientos.

Nota: Juan José García – Fotos: Prensa OTC/Fabián Agüero.

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